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PRÓLOGO.
Tres semanas. Han sido casi los mismos veinte días del
viaje, y aún hay réplicas de la sacudida. ¿Qué me ha pasado? Hay días donde
amanezco muy sensible, otros donde una gran indiferencia se apodera de mí. Hay
momentos clave del día donde puedo escribir, o pintar, o dibujar. Pero hay una
incesante pregunta sobre el paradero del mundo. Donde quiero saber lo que pasa
allá ¿Cómo estará esto? ¿Cómo estarán ellos? Y sin duda, hay un argumento que,
con el paso de los días se va apaciguando pero, cada que sale, resulta ser
igual de poderoso en mi cabeza como la primera vez. Hubiera y Ojalá. Maldito
seas, Pretérito Pluscuamperfecto, el tiempo gramatical de la cobardía.
El caso es que hoy es un buen sábado, 3 de agosto, el día
fue tan fresco para apreciar el sol sin sentir calor y tan loco como para
cubrirse de una lluvia que descarga su furia en cinco minutos y se va, por
ello, quiero descargar la melancolía del día en un ejercicio poderoso y que
muchas veces me ha sanado: Escribir. Y no lo vea como es, querido lector, que
yo adoro teclear mi computadora dejando mis ideas en una computadora al sonido
de remembranzas histriónicas que produce un mix de lo mejor de Chopin. El
asunto es que me quedé sin amigos disponibles para contar sobre el viaje. Las
veces que lo he hecho, en su totalidad, y resaltando detalles que considero de
suma importancia, me he tardado cinco horas, pero disfruto cada rostro que
escucha las anécdotas, se encuentran tan interesados por saber una historia mía
que… es un placer saber qué desean escucharte, aunque me temo que eso muchas
veces sea un poco superficial, no tan grato como las épicas de otros lados. Sin
embargo, con todo y lástima, hago mi
esfuerzo, el auténtico esfuerzo porque mi historia, no es que les guste o no,
sino porque por fin pueda ser contada bien.
Por eso el elemento de escribir quedó como último
recurso: Adoro el encanto de narrar presencialmente y me encanta recordar la
historia una y otra vez, sobre todo partes encantadoras. También teniendo en
cuenta la planeación contra dos detalles, una gran lucha porque todo aquello importante
del viaje se vea íntegramente reflejado, y pelear contra una memoria que, en un
futuro, quizá ya desgastada, agradecerá las horas que permanecí sentado
escribiendo una de las aventuras que, por ahora, es de las más extraordinarias
de mi vida, si no es que la más.
Se hace un cálculo. No es fácil. El dinero de seis años debe
invertirse bastante bien. Preguntamos, estamos tan interesados en todo lo que
pueda ofrecerse a un buen precio. A mí, en realidad, solo me importa cruzar. El
avión y me muevo por mi cuenta, no importa si recorro capitales y puertos con
una maleta inmensa. Bien podría encontrar un lugar donde dormir durante esos
días, y me seguiría moviendo: Metro, bicicletas, taxis, como fuese posible,
solo quería recorrer Europa, y la idea no me dejaba tranquilo de tiempo en
tiempo.
Una foto sobre el autor, semanas antes de siquiera imaginar lo que viviría (2019).
Entonces mi hermano se acerca <<Esos tours se ven muy bien>> Contiki, dice en grande. Nos
regalan su catálogo. Habla un hombre alto y barbón. Tour estrictamente en
inglés. Duraciones y países dependen. Las planeaciones suenan geniales. Lo más
que se pueda, al mejor precio. Puros jóvenes: 18-35 entran en nuestros viajes.
Ofrecemos desayunos y algunas cenas. Otras comidas tendrán que ser pagadas por
su cuenta. El tour cuenta con grandes
campamentos en buenas posiciones de distintos países. Países que mueres por
conocer, Hector. Digo va. Me gusta. Dejo que pasen los meses, que la escuela me
desespere, que el francés necesario me moleste, que repita a mi terapeuta hasta
la náusea lo harto que estoy y que deseo cambiar mi vida, que Marco y Layla se
me acerquen con uno de los proyectos futuros y que a todo eso lo suspenda un 21
de junio, ansioso por irme de vacaciones, en ese momento solo quería ver cómo
se ponía toda la aventura. No tenía ni puta idea.
Breves notas del autor:
Los lugares, personas, eventos, fechas, acciones y sentimientos que se
mencionan aquí son reales. Algunas cosas se omiten para seguridad de terceros
implicados. Decido conservar los nombres para dar una mayor fidelidad a la
historia. Así mismo, declaro que esta no es ninguna confesión policial ante
cualquier evento descrito aquí que pudiera levantar cargos legales.
¡Disfrútenlo!
-HM 3/08/2019
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